El día comienza introduciéndonos a la red subterránea llamada metro, específicamente en la estación Pedro de Valdivia, ubicada en la comuna de Providencia. Esta se caracteriza por su ambiente laboral y sector empresarial. Todo esto reflejado en el orden y limpieza, debido a la gran regulación y cuidado del lugar, donde el graffiti es visto como un crimen y la publicidad como algo formal. Entramos a el túnel subterráneo de la estación Pedro de Valdivia, abundantes transeúntes de terno y corbata, nuestro próximo destino fue la estación los héroes con motivo de hacer combinación para llegar a nuestro destino final, en este trayecto se nota un cambio en la gente, ya no veíamos tantos hombres de terno, luego de hacer combinación con la línea 2 del metro de Santiago, estábamos cercano a nuestro destino final, Patronato. Una vez descendido del metro nos reunimos con nuestros mentores y luego de un corto cruce de palabras, pudimos ascender y ver luz natural nuevamente, nos detuvimos fuera de la estación y la información visual cae de golpe, saturación de información por todos lados donde mirábamos nos encontrábamos con diferentes medios de comunicación escritos, ofertas, nombres (tags), criticas sociales, stickers, publicidad de todo tipo ya sea musical, alimenticia, y como no, el graffiti que teñía cada rincón donde mirásemos, el golpe fue brutal, pues no podía ser de otra forma, el contraste entre la estación Pedro de Valdivia y Patronato era enorme. Empezamos a recorrer el sector de Patronato, en busca de alguna interacción, objeto o ente que tenga que ver con el tema de estudio. Este tiene que ver con la crítica hacia la industria de la comida rápida a través de publicidad instalada de forma externa a lo legal, con el fin de generar una comunidad que se retroalimente sobre el tema. Tras caminar una media hora logramos ver un sin fin de cosas. Este lugar está repleto de intervención humana, todo lo que hay es hecho por nosotros y si no es porque nosotros permitimos que este ahí. El abaratamiento va desde cantidad de personas, locales comerciales, autos, publicidad, graffiti, entre otros. Nos detuvimos a observar en una cuadra en la que nos llamó la atención la cantidad de stickers, panfletos, pósters, e incluso rayados en las paredes mismas. Estos cumplían distintos propósitos, principalmente tenían fines publicitarios, solicitudes de empleo, crítica social, o mero vandalismo. Cabe recalcar que la cantidad de estos era tal que se comenzaban a superponer, generaban una membrana sobre la pared, que por el paso de el tiempo se había empezado a despellejar. Donde ya se acababa la cuadra nos encontramos con un maestro, él había sido contratado por un local con el fin de eliminar este virus que se esparce por los muros de estas calles, tal como lo hace un antibiótico en el cuerpo humano. Nos sentamos en una banca a observar, en hora y media tan solo una persona se detuvo a observar estas manifestaciones presentes en los postes y murallas, mientras que comerciantes dedican tiempo en imprimir estos posters, stickers y carteles, estos son ignorados, además de estar compitiendo visualmente unos con otros. Por el otro lado hay grafiteros que llegan al punto de romper la ley por dejar su mensaje en el muro, pero finalmente es muy poca la gente que se detiene a leerlos. Las intervenciones en los muros se vuelven algo propio de las calles, ya no sorprenden ni llaman la atención, se vuelven una enredadera endémica de la zona, la cual crece por mucho que se trate de evitar. ¿Porque los actores hacen tanto esfuerzo en dejar su marca si esta será desapercibida?¿Quedarán en nuestro subconsciente aunque no nos detengamos a observarlas?. La información saturada de la cuadra en estudio se caracteriza por el alto contraste que hay entre publicidad, con fines económicos, y graffiti, con fines sociales.
